El corcho proyectado es una opción muy interesante para aislar fachas, cubiertas, suelos o paredes de una vivienda o edificio entero, dado que es un material barato y duradero. Estas son sus principales características:

1. Elástico. Se trata de un material que evita la aparición de grietas y fisuras, independientemente de la temperatura que haya dentro y fuera de la casa, ya que absorbe las posibles dilataciones del material producidas por los cambios térmicos, tanto en verano como en invierno. Incluso aunque haya transcurrido mucho tiempo desde su aplicación, el corcho proyectado siempre mantiene su elasticidad.
2. Fácil de colocar. Se aplica como si se tratara de una capa de pintura. Tan solo hace falta una pistola aerográfica, que se conecta a un compresor, para que el corcho se pueda extender a lo largo y ancho de la superficie de forma sencilla, uniforme y con bastante rapidez. Esto hace ahorrar costes y tiempo, en comparación con los que genera una obra de fachada que use otros materiales.
3. Aislante. Por un lado, el corcho proyectado amortigua los ruidos, lo cual hace que sea ideal para edificios que se ubiquen cerca de un aeropuerto o una zona de fiesta, por ejemplo, y necesiten reducir esos ruidos tan molestos de los aviones. Por otro lado, regula la temperatura de la vivienda, debido a que la aísla del exterior. Asimismo, protege de las humedades, dadas sus propiedades impermeabilizantes. Todo ello se traduce en un ahorro energético importante, puesto que no hará falta encender tanto la calefacción ni el aire acondicionado.
4. Ignífugo. El corcho proyectado protege de las elevadas temperaturas, así como del fuego. Consigue frenar el avance de las llamas, gracias a su capa de aerosol, de manera que evita que el fuego se propague a edificios colindantes y, por tanto, que se declare una catástrofe.
5. Sostenible. Ayuda a conservar el medio ambiente, debido a que no genera apenas residuos durante su colocación, a diferencia de otro tipo de obras en fachadas. Además, es un material renovable y reciclado que se fabrica a partir de madera, barniz natural o fibras vegetales, entre otros. No usa disolventes ni siliconas, lo que hace que tampoco sea tóxico.
6. Mejora la estética de una superficie. Posee una gran variedad de tonos y texturas, lo cual ayuda a revestir una fachada o pared según los gustos de cada persona. Como tiene una apariencia similar a la pintura, mejora notablemente la estética de la superficie, sin necesidad de realizar un mantenimiento frecuente.
7. Cubre desperfectos. Esta clase de corcho está preparado para cubrir grietas, fisuras y humedades, así como cualquier tipo de deterioro.
8. Ocupa poco espacio. Una de las cuestiones que pueden preocupar es si se va a reducir espacio habitable en la vivienda, tras la colocación de la capa de corcho. La respuesta es no. No reduce la superficie útil dentro de casa.
9. Gran durabilidad. Es un material de larga duración, y no precisa de un mantenimiento continuo. Por ello, nuevamente destaca el ahorro de dinero que supone usarlo en la construcción.
10. Aplicable a muchas superficies. Si bien se emplea mucho para hacer fachadas y cubiertas, este tipo de material se puede usar también en suelos, tejados, terrazas o paredes, entre otras áreas.
11. Mínimamente invasivo. Esto se debe a que su técnica de colocación (con pistolas aerográficas), similar a la que se emplea en la pintura, no produce desperfectos, molestias a los habitantes de la vivienda, ni grandes residuos. Se dice, pues, que es un material no invasivo.
12. Ligero. El 88 % de su volumen es aire, de manera que pesa poco; es muy manejable y facilita mucho el transporte y los procesos industriales.
13. Transpirable. Gracias al vapor de agua, el corcho proyectado no se deteriora ni sufre desprendimientos.