Aislamiento térmico con fibra de madera
La fibra de madera se ha convertido en un material muy cotizado, por su contribución a la eficiencia energética, a la hora de conseguir un buen aislamiento térmico en el ámbito de la construcción. A nivel técnico, la madera triturada en fibras procesadas se caracteriza por sus grandes propiedades en materia de aislamiento. En este sentido, su baja conductividad técnica, inferior a la de otros materiales, convierte a estas fibras procesadas en un efectivo aislante ante la transmisión tanto del frío como del calor.
Por lo tanto, si estás pensando en instalar un aislamiento en casa o en la oficina, tienes que tener en cuenta que, donde se encuentren instaladas las fibras de madera no se va a escapar la calidez ni va a penetrar el frío en invierno, ni se va a incrementar desmedidamente la entrada del calor a lo largo del verano. Remarcamos, en este aspecto, la capacidad aislante de la madera. No olvidemos que estos materiales aislantes van a ser distribuidos compactamente y sin fisuras, lo que impide que el aire circule hacia el interior de las habitaciones.
Características de la fibra de madera
Las fibras de madera presentadas a granel cuentan con un grado de conductividad térmica (lambda) aproximado de 0,038 w/m.K. Cuando un material garantiza una que oscila entre 0,03 y 0,04, ya se considera que se trata de un buen aislante de la temperatura. Por ejemplo, si se prensan las fibras, puede tener una conductividad de 0,036 w/m.K lo que lo convierte en una opción interesante y con un precio ajustado para su instalación en cualquier vivienda.
Los técnicos de Provaiser te ayudaremos a elegir el mejor material aislante para tu vivienda, pero si optas por un espesor de alrededor de 10 cm, te aseguras una buena inercia térmica, la cual proporciona una alta resistencia tanto en contextos veraniegos como en invernales. Nos referimos a que puede almacenar temperatura durante el día que irá cediendo a lo largo de la noche. El desfase térmico que facilita su espesor posterga el efecto del calor hasta los horarios de descenso solar. También hemos de señalar que el espesor requerido para garantizar este rendimiento, en ocasiones, es más grueso que el de otros materiales que también se emplean para estos fines, tales como el poliuretano, lo cual ha de ser valorado a la hora de emprender las instalaciones.
Aislar una vivienda con fibra de madera da como resultado un gran confort térmico que hace más apacible la estancia en los interiores donde se instala. Por su parte, añadir sales bóricas a las fibras de madera supone redoblar su resistencia contra el fuego. Su comportamiento, con base en la norma EN 13501-1, corresponde a la clase E. Por consiguiente, en caso de que se produzca un incendio, su baja conductividad térmica contribuye a que las llamas tarden más en hacer mella, es decir, creamos una barrera de protección antiincendios que mejora la seguridad de la vivienda.
Los diferentes formatos de espesor y densidad se correlacionan con distintas capacidades de aislamiento. Por ejemplo, los formatos machihembrados y mecanizados simplifican las uniones y las instalaciones, por lo que vienen bien a la hora de disminuir las pérdidas. Los paneles de fibras de madera que aportan un aislamiento térmico óptimo suelen ser rígidos. Sus densidades pueden oscilar entre 40 y 140 kg/m³.
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Controla los cambios bruscos de temperatura en el interior de la vivienda con la fibra de madera.
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Trabajamos con materiales respetuosos con el medio ambiente.
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Reduce la temperatura y el ruido que llega desde el exterior.
AHORRO
Se acabó gastar dinero de más en calefacción y aire acondicionado.
¿Dónde instalar fibra de madera?
Estos aislamientos universales estancos al aire tienen una notable aplicación práctica en las viviendas. Resultan muy útiles para frenar la transmisión de las temperaturas en pisos, suelos, cubiertas, fachadas y muros, así como para dividir estancias interiormente y aislar falsos techos y paredes. Se utilizan para garantizar el aislamiento térmico desde el interior. Convienen en paneles que se caracterizan por su rigidez y por resistir a la compresión, como por debajo del suelo y en la fachada externa.
Los paneles (con cantos machihembrados, ranurados o rectos) se colocan en cubiertas, muros, forjados y entramados ligeros. La fibra de madera a granel se prefiere para insuflar e inyectar en cámara de aire o soplar en buhardilla o desván. Su consecución del confort térmico viene determinada por una eficaz evitación de las pérdidas.
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