Está claro que la protección contra el fuego en edificios es fundamental para evitar catástrofes. También que la acción de los bomberos resulta decisiva. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que estos pueden tardar hasta treinta minutos en aparecer. Por tanto, resulta imprescindible contar con un buen cortafuegos que ayude a las estructuras más importantes a resistir durante los momentos críticos. En este post, expondremos los beneficios de contar con un buen aislamiento térmico para retrasar la expansión del fuego hasta cuatro horas aproximadas.
¿Qué propiedades ignífugas tiene el aislamiento térmico?
Por las propiedades ignífugas que presenta, el aislamiento térmico es perfecto para proteger un edificio en caso de incendio. Puede marcar la diferencia entre salvar las viviendas o que se quemen hasta los cimientos. Los expertos en el sector solemos instalarlo, en función de las necesidades de los clientes y el tipo de vivienda, en los marcos de las ventanas y puertas, además de en los techos y paredes. La finalidad es (aparte de conseguir un aislamiento acústico eficaz y una eficiencia energética muy alta al evitar las pérdidas de calor en invierno y de frío en verano) luchar contra la propagación del fuego en caso de accidentes. Empieza a mejorar la protección contra el fuego en edificios de Valencia.
En cuanto a las propiedades ignífugas, diremos que los aislamientos térmicos que utilizamos, como la lana de roca o de vidrio, se caracterizan por presentar un bajo índice de conductividad térmica y calor específico. Por tanto, limitan el avance del fuego. De esta forma, si las llamas de un incendio alcanzan estos materiales, la propagación se ralentizará. En los casos donde el incendio no es muy grave, los materiales pueden incluso controlarlo y apagar las llamas antes de que se desencadene una tragedia.
En el caso de utilizar otros materiales, como la celulosa o el vidrio resistente, aplicamos un tratamiento de ignifugación con espumas específicas sobre unas placas para cubrir vigas, techos o cualquier lugar estratégico que creamos conveniente. Al fin y al cabo, la finalidad es otorgar toda la protección contra el fuego posible gracias al aislamiento térmico.
¿Cómo puede proteger el aislamiento térmico un edificio en caso de incendio?
Que los materiales sean ignífugos no quiere decir que no ardan de ninguna manera. Cualquier elemento que esté expuesto durante cierto tiempo a altas temperaturas terminará por perder sus propiedades de forma asegurada. Debemos dejar claro que la función de los materiales ignífugos no es, por tanto, apagar un incendio, sino acotar las viviendas para evitar que las llaman salten de unas zonas a otras y el fuego se extienda sin control.
Por otro lado, los materiales térmicos e ignífugos que utilizamos a la hora de instalar un aislamiento tanto en el exterior como en el interior también tienen la misión de aportar la resistencia que necesitan todos los elementos estructurales, como las vigas o techos. De esta manera, es mucho más seguro y fácil evacuar rápidamente a las personas justo en el momento en que surja un incendio y sin sufrir daños. Esto es gracias a la efectiva contención de las llamas, que es posible por las propiedades de los citados materiales.
El reciente incendio en el edifico de Valencia en Campanar, en el que la rápida propagación debido a los componentes plásticos del aislante, provocó que las llamas se extendieran con rapidez por todo el bloque, ha puesto de manifiesto, una vez más, la necesidad de trabajar con materiales ignífugos o no inflamables en el mundo de la construcción. Conocerlos es el primer paso para cerciorarnos de que se realiza un trabajo de calidad que cumple los estándares de seguridad frente al fuego.
Los principales materiales ignífugos en la construcción
Para crear una edificación en la que el fuego no pueda extenderse con facilidad es importante emplear los componentes más adecuados. Estos son algunos ejemplos dentro del mundo de la construcción que evitan la propagación de la llama.
Hormigón
Se trata de uno de los materiales principales empleados en la construcción de todo tipo de edificios. Se usa para la fabricación de las estructuras y los cerramientos. Ofrece una gran resistencia frente al fuego y, junto al acero, permite mantener la edificación en pie pese a las llamas. Su principal ventaja es que no arde por sí mismo, lo que ayuda a la extinción del fuego y a evitar la propagación del mismo.
Vidrios resistentes
Las ventanas son uno de los puntos críticos en cualquier incendio. El vidrio estalla rápidamente como consecuencia de las altas temperaturas provocando la entrada de oxígeno que aviva las llamas. Los de alta resistencia ofrecen un mayor aguante al minimizar los daños y retrasar la propagación.
Aprovechamos la ocasión para comentar que, en caso de incendio, es importante no abrir las ventanas. Al abrirlas entrará oxigeno y avivará las llamas. Lo ideal es cerrar las puertas y ventanas de las zonas en las que se encuentre el fuego para que la falta de oxígeno atenúe la fuerza del fuego.
Pinturas especializadas
En el mercado hay pinturas ignífugas que dotan de protección extra a las paredes. Los componentes químicos que incorporan hacen de freno al funcionar como un retardante en el proceso de combustión. Aunque arden igual, al hacerlo aun ritmo más lento reducen los daños provocados por el fuego y ofrecen un tiempo extra en caso de necesitar abandonar el edificio. También pueden aplicarse en el mobiliario del hogar.
Aislantes térmicos específicos
La reciente tragedia en Valencia ha puesto en el foco a los aislantes térmicos, pero la mayor parte de estos materiales son ignífugos o, al menos, no inflamables. En este caso queremos destacar dos de los materiales con los que trabajamos casi a diario:
- Lana de roca: es una de las mejores opciones frente al fuego, además, es un gran aislante tanto acústico como térmico. Estas propiedades se derivan de la concentración del aire entre sus fibras que le permiten resistir hasta los 1000º C.
- Lana de vidrio: de características muy similares al anterior, ofrece un gran aislamiento y combustiona de forma muy lenta. Además, gracias a su composición no se deteriora con el paso del tiempo.
Estuco
En este caso forma parte del decorado final de las viviendas. Se emplea para recubrir ladrillos o estructuras y cuenta con propiedades ignífugas. 100 % mineral, dispone de capacidad transpiratoria y se emplea tanto en interiores como exteriores.
Espumas
Ciertas espumas sintéticas incorporan una certificación ignífuga. Con ellas se cubren huecos en las tabiquerías o forjados. Una gran opción es combinarlas con paneles de fibrosilicatos. La pared pasará a ser incombustible.
Paneles de yeso
Este material está formado en un 21 % de agua. En las obras se emplea para realizar el acabado de las paredes situado las instalaciones de fontanería y eléctricas tras él. En el momento que se declara un incendio las llamas se ralentizan al llegar a este compuesto. Aunque finalmente termine ardiendo reduce de manera considerable la agresividad actuando como un retardante
En el mercado de la construcción se emplean diversos materiales ignífugos o no inflamables. La mayor parte de ellos están presentes en las estructuras y los acabados de los edificios. Además, existen aislantes y cristales de gran resistencia frente a las llamas que son perfectos para completar la obra. Como empresa de aislamiento, en Provaiser trabajamos con productos como la lana de roca o de vidrio con el objetivo de aportar seguridad en el hogar y aislarlo tanto a nivel acústico como térmico.
