En la historia de los aislamientos térmicos década a década, hacemos parada obligatoria en los años 90 – también hemos pasado por la década de los 80 -. Antes de llegar a los avances que se desarrollaron en estos años, es relevante saber que, en la historia del aislamiento térmico en los años 90, la búsqueda de la temperatura óptima de los hogares se volvió incesante, tanto por parte de los arquitectos como de los constructores.

Conseguir que la temperatura de las viviendas no bajase de los 22 °C en invierno y no subiera de los 25 °C en verano pasaba por innovar en los aislantes. Pero ¿qué medidas se tomaron en estos años que nos ocupan para la consecución de este objetivo?

historia del aislamiento en los 90

Aislamiento térmico en los años 90: relación entre el aislamiento y el gasto energético

Aunque el concepto de la eficiencia energética ya comenzaba a dibujarse en la década anterior, en los años 90 se llegó a la conclusión inequívoca de que los edificios debían aislarse mejor. La razón era clara: un mayor aislamiento implica un menor gasto energético. Una premisa íntimamente relacionada con la eficiencia energética.

Fue en estos años cuando los profesionales empezaron a poner el foco en el aislamiento de las fachadas. En este sentido, fueron conscientes de que limitar las pérdidas a través de esta zona de la edificación era crucial para conseguir un aislamiento mejor. Esta fue la razón por la que se emplearon aislantes nunca usados hasta entonces. Introducir estos materiales en la cámara de la fachada, en lugar de pegado a la hoja exterior, fue, sin lugar a dudas, el mayor avance.

En los 90, por lo tanto, fue cuando el aislamiento pasó a instalarse en el ladrillo interior. Es la manera en la que se consiguió una mayor ventilación en la cámara de aire que, en consecuencia, ayudaba a la evacuación de condensaciones. De este modo, se solucionaba un problema histórico de una manera sencilla y altamente efectiva.

Edificio de los 90

El poliuretano proyectado, uno de los aislantes más populares en los 90

Aunque, hoy en día, el poliuretano proyectado es un material altamente aislante y muy usado en la construcción, es importante saber que no fue hasta los 90 cuando se popularizó su empleo. Con una gran capacidad aislante, tanto térmica como acústicamente, este material comenzó a ser utilizado de forma habitual tanto en las fachadas como en las cubiertas. También se aumentó el espesor de los aislantes con respecto a la década anterior. Así, si en los 80 se colocaban entre 1 y 2 cm en las fachadas, una década después se alcanzaban los 3-4 cm. Pueden parecer cifras pequeñas, pero hablamos del doble de tamaño en el espesor de las capas aislantes de los edificios en solo diez años.

Es decir, no solo se apostaba por la introducción de nuevos materiales, sino que también se aumentaban los volúmenes. El resultado fue unos índices de eficiencia notablemente superiores a los logrados en años anteriores. Además, empezó a quedar clara la tendencia de todos los arquitectos y constructores hacia mejor el confort en los edificios.

Las características innatas del poliuretano proyectado detectadas en la última década del siglo pasado, como su capacidad inalterable o su durabilidad, han sido las razones por las que este material se ha mantenido desde esos años hasta nuestros días.

El aislamiento en las medianerías también comenzó a ser tenido en cuenta

Aparte de todo lo anterior, las medianerías, hasta entonces ignoradas respecto a su aislamiento, comenzaron a ser valoradas en estos años. Poco a poco, las nuevas construcciones presentaban algún tipo de aislante en estas superficies. De hecho, se realizaron proyectados en las caras exteriores de algunas viviendas. En estos casos, se usaba PUR (espuma rígida de poliuretano).

En conclusión, ahora que conoces la historia del aislamiento térmico en los años 90, queda claro que no fueron especialmente significativos para el avance de los materiales aislantes, aunque sí se dieron algunos pasos que sentaron las bases de la colocación de los aislantes térmicos actuales y cambiaron la mentalidad de constructores y propietarios. Si quieres mejorar la eficiencia energética de tu hogar, no lo dudes y confía en Provaiser. ¡Éxito asegurado!